La casa fue construida partiendo de un antiguo torreón de vigilancia celta, del cual aún conserva tres troneras en la cara este, y una situación dominante en lo más alto de la villa.
Se incendió dos veces durante la guerra civil, por la táctica de tierra quemada, seguida por el ejército, pero la fortaleza de sus espesos muros de piedra caliza permitieron su posterior reconstrucción en las dos ocasiones.
Durante muchos años tras la posguerra se dedicó a las actividades propias de las familias. Por aquel entonces, constaba de un pequeño huerto, y unas cuadras para unas pocas cabezas de ganado.
Varias generaciones han vivido entre sus muros. Hasta que finalmente fue restaurada y acondicionada para su disfrute de forma total o parcial.
Se encuentra enclavada en una zona de la montaña leonesa de una belleza sublime, denominada los Argüellos, y en sus alrededores podrá disfrutar de la naturaleza de un modo abrumador, dada la cantidad de posibilidades que ofrece la zona.